La época de las revoluciones (II)

Las Revoluciones burguesas

La interpretación de los hechos

Introducción a la revolución burguesa



                    Según decíamos en la introducción a la época de las revoluciones, la revolución burguesa es una revolución dirigida por la alta burguesía que supone el fin del antiguo régimen socio-político. A lo largo de un siglo (1780-1870, la Época de las revoluciones), las revoluciones burguesas tuvieron lugar en general propiciadas por el desarrollo económico y la ascensión social de la burguesía capitalista en gran parte de Europa, de América y en Asia (Japón):

  • Guerra de Independencia de los EEUU (1776)
  • Revolución Francesa (1789)
  • Independencia de las colonias españolas en América (primera mitad XIX)
  • Revoluciones de 1830 triunfantes en Europa occidental
  • Revoluciones de 1848 que, en un lento proceso, culminarán en la unificación de Alemania (1871) e Italia (1871).

     

              En estos lugares, supondrán el fin de la monarquía absoluta y de la sociedad estamental y la creación de Estados Constitucionales nacionales y de una sociedad de clases, como consecuencia de la toma del poder político de la burguesía que dirige esta revolución liberal y nacionalista y que a partir de entonces dirige el Estado en función de sus intereses. Esto significará el establecimiento de sistemas constitucionales liberales con:

  • Soberanía nacional
  • Separación de poderes
    • El rey o presidente de la República preside el gobierno de ministros elegidos según la mayoría parlamentaria que ejerce el poder ejecutivo.
    • Los miembros del Parlamento, los diputados, elegidos por sufragio censitario, tienen el poder legislativo.
    • El poder judicial está en manos de los Tribunales con magistrados independientes.
  • Constitución que garantiza las libertades individuales (entre ellas, las de religión, pensamiento, prensa, inviolabilidad de domicilio y correspondencia, juicio inmediato, propiedad privada absoluta ...), la igualdad jurídica y el liberalismo económico (libertad de empresa)

              Sin embargo, no todas las revoluciones burguesas tienen las mismas características. En Europa Occidental son el resultado de la toma del poder de la burguesía capitalista, en el resto de Europa (oriental y mediterránea) son el resultado de la alianza entre la nobleza y la burguesía y este compromiso significará el moderantismo de la revolución (que permite más poder a la monarquía, por ejemplo), o, si queremos, la lentitud del proceso revolucionario en todas sus consecuencias.
              Además, la toma del poder político por la burguesía creará el nacionalismo y en los Estados supranacionales este movimiento revolucionario comportará, según las circunstancias, movimientos separatistas (lucha por la independencia si se trata de una burguesía nacional sometida a otro Estado, es decir, con intereses diferentes) o movimientos unificadores (si se trata de una burguesía nacional, es decir, que tienen intereses comunes, pero que se encuentra separada territorialmente).


                  No obstante esta complejidad, estudiaremos la revolución burguesa en Francia como modelo de revolución burguesa porque nos sirve de referencia cuando hablamos del resto de revoluciones burguesas, debido a la claridad de los períodos de la revolución, y por la influencia ideológica que tuvo en el resto de Europa debido a que en el proceso revolucionario francés surgirán ideologías que dominarán la historia del siglo XIX.

 

Causas generales de las revoluciones burguesas



A medida que avanza la Edad Moderna, la estructura económica feudal (vinculación de la tierra, la industria gremial, las compañías privilegiadas de comercio) junto con la política económica del Estado (mercantilismo), comienzan a dificultar el desarrollo del capitalismo. Del mismo modo que la sociedad estamental (privilegios), la defensa que hace la monarquía absoluta de los intereses de los privilegiados y el sistema de valores tradicionales dificultan la ascensión social de la burguesía y, per este motivo, entran en contradicción con el nuevo sistema de valores aportados por el Ilustración que la burguesía empieza a defender. En la segunda mitad del siglo XVIII, el aumento de la población y las crisis de subsistencias desde 1770 (con la sucesión de crisis agrícola, aumento de precios de los alimentos, contracción de la demanda, crisis industrial, descenso de la producción, paro y miseria de las clases populares), van acompañados de un creciente descontento de amplios sectores de la población que dirigen su malestar contra los que detentan el poder (rey y señores). Además, se debe tener en cuenta el déficit financiero de los Estados europeos (Guerra de Sucesión de Austria, Guerra de los Siete Años, guerras coloniales) que también debilitan el poder monárquico.

 

La Revolución Francesa


                     
En el caso de Francia, las causas inmediatas que provocarán el estallido de la revolución en 1789 y no años antes o después, serán la influencia de la revolución de las colonias inglesas de América del Norte (la guerra de independencia de los EEUU), el fracaso de las reformas ilustradas de los ministros de Luis XV (Turgot, Necker, Calonne), en gran parte debido a la oposición de los privilegiados al proyecto de reforma fiscal, lo que ocasionará el aislamiento de la monarquía ante el que se 'anomerarà "la nación", y , más próximamente, la crisis de subsistencias del año 1788 que incrementa la miseria de las clases populares y, paralelamente, el descontento social del campesinado y los sectores populares urbanos.
                    En esta coyuntura de aislamiento del rey, la burguesía francesa revolucionaria, consciente de su escasez numérica, habría podido establecer alianzas para derrocar al absolutismo y conquistar el poder con la aristocracia progresista (dando lugar a una revolución moderada), que fue su primera opción, pero las circunstancias históricas (especialmente la intervención europea) permitirán la intervención de las clases populares, lo que supuso la radicalización de la revolución y que se alargara más de lo previsto en un primer momento, atravesando una serie de fases a lo largo de los diez años (1789-99) que duró el proceso revolucionario.

 

Les fuerzas revolucionarias

• Estudiar la información del libro sobre las primeras fases de la revolución. Si quereis ampliar la información consultar este material.


Aunque hay que diferenciar entre dirigentes y participantes, fueron casi todos los sectores sociales protagonistas de la revolución:
Un amplio sector de la burguesía en su conjunto (alta y baja) está en contra del Antiguo Régimen (la monarquía absoluta y la sociedad estamental) pero sus objetivos políticos y sociales no son exactamente iguales: mientras que la alta burguesía , los moderados, (lafayettistes y sectores girondinos) busca un Estado Constitucional Liberal (separación de poderes, soberanía nacional), la igualdad de derechos civiles (limitados), pero no políticos (sufragio censitario) y el liberalismo económico, la pequeña y mediana burguesía , los radicales (jacobinos y otros sectores), quiere un Estado Constitucional Liberal democrático (separación de poderes, soberanía nacional), ampliación de derechos civiles (de asociación, de enseñanza) y políticos (sufragio universal masculino), y la intervención de del Estado limitando la libre empresa.
El pueblo urbano de artesanos y obreros (sans culottes), no tienen ideología propia, adoctrinados por los líderes radicales, dan su apoyo a los jacobinos. El campesinado tampoco tiene ideario político pero adoctrinados por los líderes revolucionarios participarán en los eventos en momentos puntuales siendo su principal objetivo la abolición del régimen señorial. No se trató, pues, de una revolución exclusivamente burguesa y urbana.

Una gran parte de los privilegiados constituirán las fuerzas contra-revolucionarias casi desde el primer momento, aunque fueron ellos los primeros en oponerse a la voluntad del rey Luis XVI que, al dejar sola la monarquía ante el descontento generalizado, propiciará el inicio de la Revolución.

                 

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       cronologia                                                 Las fases de la revolución

1787-mayo 1789

La primera fase, denominada per la historiografia la revuelta de los privilegiados, se inicia con la oposición a la monarquía absoluta por parte de la nobleza y el clero (Asamblea de Notables, 1787), exigiendo la convocatoria de los Estados Generales para debatir el proyecto de reforma fiscal (pago de impuestos por parte de los privilegiados) que los ministros del rey veían como solución a los graves problemas de la Hacienda Pública. Esto significaba que los privilegiados el rey no era la ley y, en medio de una situación de descontento social general contra la monarquía, que venía de lejos y que iba creciendo, la pérdida del apoyo de las clase dominante debilitaba fuertemente la monarquía. El rey se encontraba solo ante el descontento de los ilustrados por la ineficacia de las medidas reformistas, de la burguesía comercial por la pérdida de territorios coloniales en América del Norte, de la burguesía industrial y del artesanado por el descenso de la demanda provocado por la crisis agrícola de los últimos años (1788), que dejaba en la miseria a amplias capas de la población, y de unas masas populares, rurales y urbanas, agobiadas, desde hacía tiempo, por la subida de impuestos.

Los meses que transcurrieron entre la convocatoria (agosto 1788) y la apertura de los Estados Generales (mayo 1789) serán clave para el adoctrinamiento de las masas populares por parte de los líderes revolucionarios de todo tipo que las convencieron de que en los Estados Generales radicaba la solución a sus problemas. Los nuevos conceptos revolucionarios de ciudadano, nación, soberanía nacional, abolición de los privilegios, igualdad, separación de poderes, derechos civiles, fin de los derechos señoriales ... empiezan a conocerse y a popularizarse en los más de 40.000 "Cuadernos de quejas" que se redactaron.


Si quereis ampliar la información consultad este material y comentad ¿qué era el Tercer Estado?

 

mayo-agosto 1789

El 5 de mayo de 1789 se reúnen los Estados Generales en Versalles, pero ante el desacuerdo entre el voto por estamento o por individuo, los miembros del Tercer Estado deciden abandonar la sala donde se encontraban y reunirse en "la sala del juego de la pelota ", quedando en evidencia el conflicto entre el rey y la burguesía que decide (junto con una parte del clero y la nobleza ilustrados) constituirse en Asamblea Nacional Constituyente y no disolverse hasta conseguir la redacción de una Constitución. Es el inicio de la segunda fase:  La toma del poder por la burguesía moderada gracias al apoyo que recibieron del pueblo francés. Entre junio de 1789-octubre de 1791, en ​​efecto, la presión popular del campesinado y de las masas populares urbanas, reunidas en todo tipo de comités, asambleas y clubes ya través de la prensa que les permite ejercer el control de municipios y barrios , permite que los reunidos en Versalles puedan hacer frente a la resistencia real que no aceptaba el redactado de muchos puntos de la Constitución (como la igualdad civil), solidario de los intereses de los privilegiados.

Si quereis ampliar la información consultad este material y comentad el documento "La Declaración del rey".

Acontecimientos fundamentales de esta fase serán la toma de La Bastilla el 14 de julio (si queréis ampliar la información consultar este material), tras la toma del depósito de armas de los Inválidos que permitieron armar al pueblo de París y, especialmente, que las tropas que el rey había enviado hacia Versalles para acabar con la reunión subversiva no pudieran conseguirlo. La movilización del pueblo urbano a favor de los asambleístas estuvo acompañada de la presión ejercida por el campesinado francesa que en el movimiento denominado "La grande peur" (saqueo de castillos, negativa al pago de los impuestos señoriales ...) aceleró el redactado diversos puntos de la constitución, concretamente los decretos de los días 8-11 de agosto que suponían la abolición de los derechos señoriales, de los privilegios señoriales personales y de los diezmos sin indemnización, y del resto de derechos con indemnización. Para el campesinado esto suponía el fin del pago de impuestos a los señores sin más concreción y pronto se calmó (cuando se enteraron de las indemnizaciones que deberían pagar, se sintieron traicionados y renovaron las revueltas hasta que, finalmente, después de la caída del rey, se abolieron sin indemnización todos los derechos feudales).


Si quereis ampliar la información, consultar este material.

La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del mismo mes era otra concesión de la burguesía ante el apoyo/presión del pueblo urbano. La principal consecuencia es el fin de la sociedad estamental en abolir los privilegios. La Asamblea se encontraba, en efecto, en una disyuntiva: restablecer el orden por la fuerza (disponía de una fuerza armada propia con la creación de la Guardia Nacional) pero eso significaría la ruptura del frente común de todas las fuerzas antiabsolutistas y ponerse en manos del rey, o apaciguar la revuelta popular con los decretos mencionados para mantener el apoyo popular y obligar al rey a aceptar la Constitución.

 

 

 
octubre-noviembre 1789

Los hechos de octubre de 1789 precipitan los acontecimientos. El rey, que no ha ratificado los decretos de agosto, envía tropas a París. Ante esto y los rumores de un "complot aristocrático" tendrá lugar una gran manifestación popular sobre Versalles que hará que rey y la Asamblea se trasladen al palacio de las Tullerías (Paris), evidenciando la importancia creciente del poder popular que se está convirtiendo en una fuerza autónoma independiente de la Asamblea. Inmediatamente, el rey firma los decretos de agosto y reconoce que no ejercerá derecho de veto sobre las leyes.

En noviembre nuevos decretos establecen la confiscación y venta de los bienes de la Iglesia con el fin de destruir el poder económico del clero y como garantía del nuevo papel moneda (los asignados) para resolver la falta de numerario. El principal beneficiario de la nacionalización de las tierras eclesiásticas será la burguesía y en menor medida los campesinos, aumentando el número de los pequeños propietarios (esta reforma agraria -que mantuvo las tierras comunales- contribuirá al conservadurismo del campesinado francesa que, prácticamente, dejará de actuar como fuerza revolucionaria). La reacción de los privilegiados ante todas estas acciones es la huida de gran parte de la aristocracia (escondidos o, en gran parte, emigrados) y del clero (después de la Constitución Civil del clero en 1790, denominados los refractarios porque no la juraron ya que suponía la formación de una Iglesia nacional separada de la obediencia del Papa), que empiezan a organizar la contrarrevolución.

Los hechos de estos meses evidencian la existencia de dos poderes en Paris (que quería decir en Francia): la Asamblea (controlada por lafayettistes partidarios de una monarquía constitucional moderada, fruto de un compromiso entre la monarquía, la alta burguesía y la nobleza ilustrada), y los distritos parisinos controlados por los demócratas (entre los que destacan los líderes Danton y Marat), contrarios al rey y al moderantismo de la Asamblea, apoyados por las masas de sans cullottes.

 
1790-91

La obra legislativa entre 1790-1791 enfrentará a la Asamblea y el rey que se resiste a aceptarla culminando con el intento de huida a Varennes en junio de 1791 (con la idea de unirse al nobles emigrados), lo que conducirá a la manifestación popular del Campo de Marte contra el rey (julio), dispersada por la fuerza de las armas por la Guardia Nacional y que suponía, por una parte, la ruptura entre la Asamblea y el pueblo de París y por otra la escisión entre los moderados y los radicales (alta y pequeña burguesía) en la Asamblea.

Sin embargo, continuando el orden de los acontecimientos, en septiembre de 1791, el rey jura la Constitución y la Asamblea Constituyente queda disuelta. El día de la disolución, la Asamblea proclamó que "la revolución había terminado" con el triunfo de sus objetivos: Francia era una monarquía constitucional liberal y la sociedad francesa una sociedad con igualdad de derechos civiles; la monarquía absoluta y los privilegios ya no existían, el Antiguo Régimen había terminado.

Si quereis ampliar la información podeis consultar este material.

                Esta transformación política del primer período revolucionario se explica porque la la alta burguesía pudo establecer un equilibrio entre la presión popular y la resistencia del rey, sin intervención de elementos externos. Las monarquías europeas, de momento, "dejan hacer", pero, a partir de 1792, intervendrán dos nuevos elementos de presión: un exterior, la guerra contra Europa, el otro, interior, las dificultades económicas, y ambos harán que el proceso revolucionario no sólo no se detenga sino que radicalizarán la revolución.
                La guerra contra la Europa absolutista será un elemento unificador de las fuerzas revolucionarias ante el derrotismo que puede provocar la invasión de las tropas extranjeras confabulada con el rey y la aristocracia francesa que pretenden acabar con la Revolución. Es la exaltación del patriotismo revolucionario que va creando un sentimiento nacional entre los franceses contrarios a la restauración del Antiguo Régimen, una mezcla de liberación nacional y de guerra imperialista (a partir de 1793).
              La crisis económica provocada por nuevas malas cosechas (1791-94), y la inflación por la pérdida de valor de los asignados (cuya emisión va aumentando a medida que los gastos de la guerra aumentan) con la consiguiente subida de precios, genera un descontento social que, a la larga, se dirige contra el gobierno (girondinos y, más tarde, jacobinos) y que, en definitiva, resultará ser un elemento disgregador, separador, de las fuerzas revolucionarias y dividirán la burguesía, poniendo en evidencia la diferencia de intereses entre alta burguesía-girondinos-y la pequeña burguesía-jacobinos-.

Todo esto explica la pérdida del poder de la burguesía moderada y las nuevas fases del proceso revolucionario: la toma del poder de la burguesía radical y la posterior recuperación del poder por la burguesía moderada.

Estudieu la informació del llibre sobre les fases de la revolució a partir de la dissolució de l'Assemblea Constituent.

       cronologia                                                   Les fases de la revolució

oct. 1791-agost.1792

Las elecciones a la Asamblea Legislativa (oct. 1791), en medio de una gran abstención, mantienen el predominio de los moderados, pero el ambiente de guerra impregna a la Asamblea: el rey la desea previendo una derrota francesa que permitiría la restauración del Antiguo Régimen; los lafayettistas confían en una guerra corta, victoriosa, que dé autoridad a los generales y asegure la estabilidad interior, los girondinos confían en la extensión de la revolución por el continente que supondría la destrucción de los centros de emigrados y acabaría con la resistencia real, solamente un sector de los jacobinos eran contrarios (Robespierre planteará enseguida que una victoria podría conducir a una dictadura militar).

,En abril de1792 Francia declara la guerra a Austria, pronto, la desorganización del ejército francés y la deserción de los oficiales, suponen las primeras derrotas y permiten el avance de las tropas invasoras que se acercan a Paris. La Asamblea declara la "Patria en peligro" y el 10 de agosto de 1792 tuvo lugar una revuelta popular, el asalto al palacio de Las Tullerías, dirigida por la Comuna de París (Ayuntamiento) controlada por los sans culottes. Bajo presión de la masa popular, la Asamblea decreta el reclutamiento de 20.000 voluntarios (La Marseillaise), elecciones a una nueva asamblea según el sufragio universal y la destitución de Luis XVI: es el inicio de la toma del poder por la burguesía radical.

agost 1792-juny 1793

  En principio, las circunstancias que rodean ala nueva asamblea, La Convención, siguen siendo las mismas: la presión de la guerra, con la posibilidad de la derrota, unifica alas fuerzas revolucionarias y radicaliza la revolución. La victoria de Valmy (septiembre 1792) salva, de momento, a Francia. Pero desde las jornadas del 10 de agosto ha quedado claramente de manifiesto la existencia de dos poderes: la Comuna de París y La Convención, con mayoría de diputados independientes (gran abstención en las elecciones de septiembre). La calle es de la Comuna y bajo su presión la Convención practica una política cada vez más radical: comités de vigilancia y represión contra los elementos considerados contrarrevolucionarios (detención y matanzas de nobles, sacerdotes refractarios y presos comunes tras el asalto a las prisiones por parte de las masas parisinas), venta en pequeñas parcelas de las propiedades confiscadas a los emigrados, anulación de indemnizaciones por los derechos señoriales sin documentación original y proclamación de la República (el nuevo calendario señalaría el inicio de una nueva época el 21 de septiembre de 1792).

En enero de 1793, el juicio al rey acaba con la condena a muerte, lo que conlleva la primera coalición europea contra Francia. Los franceses van perdiendo territorios. La nueva posibilidad de derrota supone el reclutamiento de 300.000 hombres y la requisa de alimentos por los combatientes (marzo). Estas medidas y el hambre provocada por las malas cosechas provocan en la primavera una insurrección del campesinado en el occidente de Francia (la Vendée, algunos al grito de "Dios y Rey") a la que se sumaron algunos nobles. El peligro exterior y el interior (contrarrevolucionarios, insurrección vendeana) acerca y une a las fuerzas revolucionarias y una insurrección parisina de sans culottes y radicales contra el girondinos (detención de los líderes) permite que La Convención pase a estar controlada por los jacobinos (junio 1793).

juny 1793-juliol 1794
Las nuevas disposiciones de La Convención jacobina aceptan las reivindicaciones populares: aumento de la presión fiscal sobre los ricos, reparto gratuito de bienes de los sospechosos, pensiones de jubilación para los trabajadores del campo, supresión sin indemnización de los derechos señoriales sin ninguna limitación ...
La nueva Constitución de 1793 (año I, en junio) establece que Francia es una República democrática (sufragio universal masculino) y amplía los derechos reconocidos por el decreto de derechos anterior: abolición de la esclavitud, asistencia estatal a la vejez, derecho al trabajo, a la asociación, enseñanza gratuita y obligatoria ...

Pero no estuvo nunca en vigor porque ante la inestabilidad política provocada por la guerra (ocupación de parte del territorio francés por los ingleses y prusianos) y la oposición anti-gubernamental (sublevación vendeana, de realistas y una insurrección de girondinos federalistas en algunas provincias ), se suspendió al delegar la Convención sus poderes a un gobierno provisional, el Comité de Salud Pública que, ante la serie de problemas mencionados (a los que hay que añadir la crisis económica), deriva en una dictadura jacobina, de hecho, la dictadura personal de Robespierre, que como dirigente del gobierno excepcional, suspendida el Acta Constitucional (octubre 1973-julio 1974) por las circunstancias que vivía el país, concentra en sus manos los poderes ejecutivo, legislativo y judicial (interviniendo en el Tribunales revolucionarios). Las primeras medidas estarán dirigidas a la defensa. Se trata de la movilización general de todo el país en la que un millón de jóvenes soldados son reclutados para la creación de un ejército revolucionario (oficiales elegidos por méritos militares), mientras los hombres casados ​​no reclutados se dedican a la fabricación de armas y al transporte de avituallamiento, las mujeres a coser uniformes, los niños hacen venas y los ancianos exaltan el valor de los héroes. La Ley de Sospechosos pretende acabar con toda oposición entendiendo que solo un poder fuerte, sin ningún tipo de oposición, podría salvar la Revolución (ajusticiamiento de M ª Antonieta, clérigos, girondinos, pero también de jacobinos contrarios a su dictadura -Hebert, Danton- y sans culottes -Roux-).
Paralelamente, el movimiento de descristianización apareció en este periodo. Este movimiento semi-espontáneo fue inicialmente desautorizado por el Gobierno Revolucionario. El propio Robespierre temía que se tratara de una iniciativa contrarrevolucionaria que buscara alejar la Revolución de las masas. Ahora bien, parece que la descristianización no fue el resultado de una conjura aristocrática ni de los sans culottes; derivó en la renuncia de 20.000 sacerdotes de su estado, en la toma de iglesias, en vandalismo, en expresiones de subversión y en fiestas en honor de la Razón.
Finalmente, las necesidades de la guerra llevan a un creciente intervencionismo económico: precios máximos de los artículos de primera necesidad, regulación de salarios, prohibición de exportación de mercancías, requisa forzada de alimentos -las cosechas de los campesinos- por el ejército, límite de los beneficios empresariales, nacionalización de las fábricas de armamento ..., la mayoría fuertemente impopulares entre los productores y parte de los asalariados.
Una vez controlada la oposición interna, los decretos de abril de 1794 al confiscar los bienes y propiedades de los sospechosos para realizar una redistribución entre los más necesitados ejemplificaban la política social jacobinista (aunque no llegaría a llevarse a la práctica). La otra acción que Robespierre proyectó en ese momento fue la proclamación del Ser Supremo como contrapartida del cristianismo y el culto a la Razón con la celebración en toda Francia de la Fiesta del Ser Supremo el 8 de junio de 1794.

Todas estas medidas hacen crecer una oposición cada vez mayor contra la dictadura (de los campesinos, de los empresarios, de una parte de los asalariados), en un momento de malas cosechas que sólo mediante el terror y el miedo a la derrota militar permitía controlar. Pero a partir del otoño de 1793 la situación bélica empieza a mejorar (los invasores son expulsados ​​del territorio nacional y la guerra pasa de ser defensiva a ser ofensiva: prosigue la conquista (liberación) de territorios extranjeros iniciada pero interrumpida a finales de 1792), y la política del terror se ve cada vez menos justificada. Su mantenimiento desune más y más a las fuerzas revolucionarias y el Comité de Salud Pública (Robespierre), enfrentado a la burguesía moderada y sin el apoyo de los sans culottes, se debilita hasta que en julio de 1794, el 9 Termidor, un golpe de Estado de la burguesía moderada acaba con él. L’Hôtel de Ville cayó sin combatir en manos de las tropas de la Convención.

 juliol 1794-oct. 1795
La Convenció termidoriana supone la recuperación del poder por la burguesía moderada, pero los representantes de esta burguesía moderada gobiernan con miedo ante la derecha (realistas-absolutistas) y la izquierda (jacobinos), mientras continúa la crisis económica. De hecho, solo resisten estos meses gracias al apoyo del ejército. Enseguida, la asamblea se encarga de restituir los poderes al Comité de Salud Pública renovando a sus miembros, de abolir las leyes terroristas y los límites a los precios máximos, y, especialmente, de eliminar el poder jacobino (prohibición de asociaciones, clubes y prensa) y popular (supresión de La Comuna), e, incluso, se prohíbe La Marseillaise. La reacción vendrá en los meses de abril a junio de 1795 con las movilizaciones populares contra la subida de los precios ("Motines del hambre") que la intervención del ejército aplastará iniciando un periodo de fuerte represión contra la izquierda en general (terror blanco).
La Constitución del año III (1795) establecerá un ejecutivo débil integrado por 5 miembros (Directorio), dos cámaras legislativas (la del Senado y la de los Quinientos, elegida por un sufragio censitario más restringido que la del 91). Pero la inestabilidad política continuaba (insurrección realista de octubre, sofocada por la intervención del ejército) evidenciando la debilidad del naciente nuevo gobierno: el Directorio.


oct 1795-nov.1799

En efecto, el gobierno del Directorio no resuelve los deseos de estabilidad de la burguesía y solo se mantendrá gracias a sucesivos golpes de estado (anulación de elecciones). La burguesía que ha dirigido la revolución burguesa quiere la estabilidad política ante el peligro de izquierdas, que podría devolver el poder a los jacobinos - y la conspiración de Babeuf en julio del 96 demuestra que la izquierda no está eliminada completamente-, pero también ante el peligro de la derecha realista que podría restaurar el Antiguo Régimen (en el 1798 se organiza la segunda coalición europea anti francesa). Y también quiere la estabilidad económica que la crisis inflacionista y la guerra (empréstitos forzosos) impiden. La alta burguesía quiere disfrutar de su triunfo una vez la revolución que pretendía ha logrado sus objetivos, quiere disfrutar de la ascensión social que la abolición de los privilegios le permite, y quiere disfrutar de sus riquezas y que sus negocios prosperen con paz y seguridad. Si para salvar su revolución se ha de sacrificar el parlamentarismo y libertades, está dispuesta a hacerlo, y por eso apoyará el golpe de estado que el militar de máximo prestigio y popularidad hace contra el Directorio el 18 Brumario (noviembre de 1799).

nov. 1799-1804

Un gobierno provisional integrado por tres cónsules (Napoleón, Sieyes y Ducos) inaugura El Consulado que enseguida suprime el empréstito forzoso y presenta una oferta de paz a la coalición europea. El Consulado supone la fase de la consolidación de la revolución burguesa poniendo fin a la época revolucionaria. Desaparecen la inseguridad política gracias a una fuerte represión contra la izquierda y una política de compromiso con la antigua nobleza (los emigrados regresan, asegurados el retorno de las propiedades confiscadas y su aceptación social para conseguir "la reconciliación nacional "según los objetivos napoleónicos), y con la Iglesia (según el Concordato de 1801 el Papa renuncia a la recuperación de los bienes eclesiásticos a cambio de que el clero sea mantenido por el Estado y que la religión católica sea reconocida como la de la "mayoría de los franceses" aunque el Estado continue laico). La fórmula de compromiso entre la antigua clase dominante y la que se incorpora, con mutuas concesiones, permite la consolidación de la revolución burguesa. Pero también se consigue la estabilidad económica en parte por el suministro al ejército que fortalecen el comercio y la industria. La política de liberalismo económico garantiza la libre empresa y se confirma la propiedad de los que adquirieron bienes nacionales (de la iglesia), mientras siguen suprimidos los derechos señoriales sin indemnización (satisfacción del campesinado).


En noviembre de 1799, Napoleón es nombrado primer cónsul después de un plebiscito y su dictadura (no popular) se encarga de llevar a cabo los deseos de la alta burguesía. La República, según su programa, será regida por el orden social (que garantizará la prosperidad económica), la justicia (eliminando los partidos) y la moderación (conciliando los intereses de la antigua nobleza y la alta burguesía). No hay nada más representativo de su intención que el eslogan escogido en la consulta sobre la nueva Constitución: "La revolución ha terminado". Los cambios de nomenclatura de las calles también evidencian el paso de la historia: la anterior "Plaza de Luis XV" prerrevolucionaria, será la "Plaza de la Revolución" después de 1789, que ahora pasa a llamarse "De la Concordia".

La Constitución del año VIII (1799, ratificada por un plebiscito que la acepta mayoritariamente) establece un fuerte poder ejecutivo (el primer cónsul) que nombra ministros, altos cargos militares y funcionarios (administrativos y judiciales) y que tiene la iniciativa legislativa ( el Consejo de Estado elabora las leyes). La ficción de "poder legislativo" mantiene electores elegidos por sufragio universal masculino. El control de la enseñanza y el Código Civil (1804) establecen los nuevos valores y derechos. En el código de Napoleón (de gran influencia posterior), quedan garantizadas las libertades individuales fundamentales, pero desaparecen las libertades públicas (de imprenta, de asociación), continúa la igualdad civil -manteniendo la discriminación hacia la mujer-, se crea una nueva nobleza imperial sin exacciones ni privilegios, y establece la propiedad privada como un derecho absoluto, indiscutible, inviolable y sagrado.


Pero la estabilización interior de Francia, por razones políticas de prestigio y económicas de dominio de mercados, exigía una Francia victoriosa en el exterior y a partir de 1804 inicia una nueva etapa: el Imperio. Sin embargo, como se ha dicho, la revolución burguesa ya había terminado y triunfado definitivamente.